miércoles, 4 de septiembre de 2013

Teatro en la Biblioteca

La Biblioteca Popular “Lucila Barrionuevo de Bombal” invita a la presentación de la obra de teatro “¡Ay, Riquelme! (el primer mundo te pasó por encima)” del grupo teatral Los Ex.

La obra, escrita por Tachi Benito, cuenta con Sonnia De Monte en dirección artística y puesta en escena. Actuarán Viviana Montiel, Laura Lahoz, Jorge Rosas y Graciela Morales.

La historia ¡Ay, Riquelme!... hace referencia a un pueblo de ficción llamado Riquelme donde tres personas viven la ilusión de poder arreglar su economía y su vida tras una noticia gubernamental. La soledad en la que se hallan en un lugar olvidado de la geografía argentina, los ha hecho sobrevivir sin cumplir sus sueños y creen que la oportunidad ha llegado, por fin. Entre humor y nostalgias, los sueños de cada uno se hacen parte del viento patagónico.

El evento se realizará el viernes 6 de setiembre, a la hora 21, en el Centro Cultural Casa Bombal, Rodeo del Medio.

Las entradas, por cuestiones de espacio, serán limitadas y tendrán un costo de $15 por persona. Consultas y reservas al teléfono (0261) 495 21 77, en el horario de 9 a 12hs y de 16 a 21hs.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

¡Acercate a la Biblio y lleva la tuya!

¡Ya salió la Revista Zig Zag N° 9, donde vas a encontrar la
Historia de los vecinos de Rodeo!!!




martes, 28 de febrero de 2012

Memorias de la Casa Bombal - Entrevista a Américo Manrique

Por Anabel González

Américo Manrique es uno de los pocos vecinos de Rodeo del Medio que recuerda haber tratado con doña Lucila Barrionuevo de Bombal, “la viuda” que vivió en el casco de estancia que hoy constituye el edificio del Centro Cultural Lucila Bombal.
Fue en los primeros años de la década de 1940, cuando Américo –que entonces tenía 13 ó 14 años– obtuvo su primer empleo en la casa de Doña Lucila, que en ese tiempo ya arrastraba los pies todas las mañanas para caminar sola hasta la parroquia María Auxiliadora, a la misa de las seis.
“Era más religiosa que cualquier cura o moja”, la recuerda Américo y supone que la engalanaban las hermanas porque Lucila siempre usaba vestidos “hasta arriba” prendidos en el cuello y que le llegaban hasta los pies. Generalmente sus atuendos eran de color gris o negro, sin estampados.
“En el comedor había bauleras donde metían cubiertos y vajilla. Nosotros bajábamos las tapas y ahí Doña Lucila nos hacía sentar todas las noches para rezar el rosario”. Ella tenía costumbres alejadas del lujo, por ejemplo comía platos criollos que preparaba la cocinera Ema Riveros para la viuda y todos sus empleados.
Ahora, mientras Américo camina por la casa que pasó décadas de abandono y saqueo y desde hace años ha avanzado en su reconstrucción, el hombre (de 83 años) recuerda el heleotropo, una enredadera de flores celestes que hacía de cortina entre el jardín central y la puerta de la habitación de Lucila, donde hoy se imparten cursos de computación.
Aunque aquella planta se debe haber secado hace años, Manrique pinta el escenario que su memoria guarda intacto: “La habitación de al lado estaba siempre cerrada y la de enfrente (donde hoy funciona el Registro Civil) era de Domingo, el hijo de Lucila que vivía en Tupungato”, con su señora Caterine y sus hijas, Caterine y Lucila.
Al lado de la habitación de Domingo había un baño de azulejos españoles, que lucía una bañera grande con grifería de bronce que las empleadas pulían después de limpiar el piso de habitaciones y galerías de rodillas y con un cepillo.
En el fondo, donde hoy funcionan los talleres municipales, estaban el comedor y la cocina. En aquella época la Casa Bombal era la única que tenía teléfono y agua corriente con caldera.
Un año y medio en la estancia
Américo tenía una habitación para el solo en el sector destinado a los empleados cama adentro, espacio que hoy pertenece a la guardería Rayito de Sol.
La tarea de Américo consistía en sacar nidos de palomas que se juntaban en las canaletas del techo para evitar que se taparan los desagües. “Las palomas eran tantas porque Don Domingo, cuando venía, comía sólo pichones de paloma porque estaba enfermo”, recuerda.
Además, al joven empleado se le destinó un rifle con cartuchos que usaba para matar los pericotes que asustaban a las mujeres cuando se metían entre cinc y el cielo raso.
Más de una vez acompañó a Lucila en las caminatas que ella hacía por un callejón entre las viñas, a cuyos costados había hecho plantar rosales. “Mientras caminaba no conversaba con uno, pero murmuraba. No sé si rezaba o hablaba sola”.
También le tocó vivir una experiencia única durante el año y medio que trabajó para los Bombal. En una oportunidad viajó solo con Domingo a la estancia que la familia tenía en Villa Mercedes, San Luis. Se trasladaron en un coche último modelo que tenía el volante a la derecha. A pesar de que el hijo de Lucila era un hombre serio, de rasgos autoritarios, terminó siendo conversador y amable en el trato.
Pronto llegaría el final de su trabajo: “Pegué el estirón y me salió bigote. Y Doña Lucila, que cuidaba tanto los detalles, creyó que yo podía ser un peligro”, porque el resto de los empleados que vivían en la casa eran todas mujeres.
Américo recuerda cada detalle de aquel contrato: “Cuando estaba acá no tenía un sueldo. Mi mamá venía todas las mañanas y le daban dos litros de leche y un kilo de pan. Cuando me fui le pagaron a mis padres (que eran contratistas de los Bombal) todo junto, los 18 meses de trabajo”.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Rodeo del Medio defiende su patrimonio


El Parque Ortega, donde antes se hacían actividades recreativas y educativas, hoy se encuentra cerrado. Según constataron vecinos de la zona, este valioso espacio verde está en total abandono.
 
El lugar, donde en los últimos años se efectuó una continua tala de árboles, podría convertirse en sede de un salón de bailes. Esto será posible cuando se destrabe el conflicto judicial que enfrenta a los actuales ocupantes del lugar contra el Centro de Almaceneros de Mendoza, que aún figura como dueño del espacio verde en el registro de la propiedad.

El estado actual del Parque Ortega.

Los vecinos de Rodeo llevaron a cabo tres asambleas donde manifestaron su rechazo al proyecto de “bailanta” y pidieron que la Provincia reconozca la importancia del Parque Ortega por su valor histórico y cultural.

En la segunda asamblea, el 25 de mayo en la Casa Lucila Bombal, se presentó Jaime Abau, representante legal de Valerio Vega Acevedo, quien planea construir el salón de bailes. El abogado dijo que su cliente fue “comprador de buena fe” del predio y que denunció por estafa a Juan Carlos Nieto, gerente del Centro de Almaceneros.  Pronto finalizaría el secreto de sumario y los detalles de la causa podrán ser consultados por todos, según sostuvo el letrado.

El estado del parque hoy.
Los representantes de la Municipalidad de Maipú que asistieron a la asamblea, aclararon que la obra de construcción en el predio está impedida legalmente porque su “factibilidad está caduca”. Antes de retomar la construcción deberá remediarse el problema legal. Y, una vez resuelto el problema legal, la comuna se comprometió a realizar una Audiencia Pública donde el pueblo podrá decir por qué se opone a la construcción del salón.

Los vecinos reiteraron que no quieren un salón de bailes en el lugar, porque temen que empeore la inseguridad en el sector sur de Rodeo.

De inmediato uno de los concejales dio a entender que podía haber intereses económicos o políticos detrás de las asambleas: “¿Estarían de acuerdo con que se hiciera un barrio privado en el lugar?”, deslizó. Tras lo cual un alboroto se extendió en la sala, hasta que Andrea Gil (abogada) dejó en claro cuál es el deseo de los vecinos: conservar el parque como recurso histórico, cultural y ambiental. Pidió que se hable de expropiación del parque, sin pelos en la lengua.
Asamblea de los vecinos en Rodeo

Luego Valerio Vega dijo que él pagó las deudas con Irrigación y que está cuidando los árboles del lugar. Dijo también que está dispuesto a prestar el espacio para que la comunidad de Rodeo organice eventos. Vega se comprometió a permitir el acceso a un grupo de personas para que documenten el estado del espacio verde. Sin embargo, hasta el momento, no ha autorizado el ingreso a nadie.

Como conclusión a esta asamblea, que duró casi tres horas, los vecinos enviaron un pedido de declaración de valor patrimonial al Consejo Deliberante de Maipú.

Después de dos meses de silencio, y ante la perseverancia de los vecinos, el Consejo emitió la declaración número 523 donde remitió a la Legislatura Provincial el expediente. La Casa de las Leyes deberá entonces determinar una respuesta al pedido de la comunicad de Rodeo del Medio.

sábado, 8 de octubre de 2011

Biografía de Eugenio Carlos Fontana (1925 – 2009)


Por Laura Fontana

Como buen devoto de la Virgen, Eugenio Carlos Fontana eligió para llegar al mundo un 24. Fue en febrero de l925, en la casa donde vivió toda su vida.

            Hijo de Victorina Sadler y Eugenio Fontana, fue el mayor de 11 hermanos, de los cuales, la única mujer, Victoria, ingresó a la Congregación de María Auxiliadora.

            Al concluir sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de Ciudad, su sueño era estudiar ingeniería o arquitectura en San Juan. Pero, al ver que su padre y hermanos lo necesitaban para ayudarles con los camiones (que trasladaban vino a Buenos Aires), no dudó en quedarse.

            Con sus conocimientos básicos, compró revistas de electrónica, en inglés, y fue armando su transmisor de radio y la antena (que se veía en el techo de su casa).Después de tanto esfuerzo logró comunicarse con  radioaficionados de Japón, Brasil, Estados Unidos y pasó a formar parte del Cuyo Radio Club.

            El 21 de Abril de 1951 se casó con Laura Ferrari, una joven de ojos verdes con tan solo 18 años. Con ella formaron una hermosa familia a la que llegaron hijos, nietos y bisnietos. Se acompañaron aún en épocas de muchos problemas de salud y económicos. Dando fuerza a su familia en los momentos difíciles.

            Con el paso de los años, tras el fallecimiento de su esposa él notó que estaba perdiendo la memoria cercana. Se lo comentó al doctor Scardilla y desde entonces una enfermedad tan cruel como el Alzeimer lo fue consumiendo hasta que falleció el 9 de octubre de 2009.

            Amaba tanto a la Virgen que, con el avance de su enfermedad, su único objetivo era ir al Santuario a cualquier hora del día o de la noche.

            La última Misa que asistió fue cuando cumplió 84 años. El Padre Cristian invitó a todos a cantarle y al salir los presentes se acercaron a saludarlo y felicitarlo.

            Eugenio Carlos Fontana fue un ejemplo de entrega desinteresada, demostró que con trabajo y constancia se puede salir adelante.

            Sabemos que ahora está en paz, junto a sus seres queridos y a María Auxiliadora, mirándonos con esa sonrisa que siempre lo caracterizó y dándonos fuerzas para seguir.

  • Foto Familiar: Aquiles, José, Eugenio, Laura Ferrari, Tío Emilio, Juan, Antonio, Pedro, Ricardo, Victoria Sadler, Emilio, Eugenio, Eugenio (Padre), Victoria, Roberto (En la foto no figura el hijo menor: Miguiel, quien nació años después).
            Siempre estuvo atento a las necesidades de quien solicitara su ayuda. Como tenía grupo de sangre 0RH (-), todos en Rodeo y alrededores, sabían que podían contar con él como dador universal. Las vueltas de la vida hicieron que, cuando él necesitó un dador, en sus últimos días de vida, no se consiguió, hasta que Dios envió a un ángel: Victoria Ogar, prima de la secretaria de la bodega Nueva California, quien viajó muy temprano desde el Este para realizar la donación.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Renace la Casa de las Bóvedas

La “Casa de las Bóvedas” ubicada sobre la Ruta Nacional N° 50 a 500 metros del Acceso Este, fue construida entre 1750 y 1770 por una de las familias que formaban la aristocracia mendocina, los Molina.

Levantada como casco de una enorme estancia, la casa es el único rastro que queda en Mendoza de otra época, en la cual los gauchos  cuereaban terneras en los campos graneros. Pocas son las construcciones que recuerdan esta realidad. Y eso llena de importancia histórica, cultural y social al lugar.

Por ella pasaron importantes personajes de la Historia Argentina, Julio A. Roca, el Gral. Lavalle y San Martín, según la tradición en enero de 1817 se realizó una reunión social, a modo de despedida del Ejército de Los Andes, antes de iniciar el cruce de la cordillera.

Desde hace 3 años la Municipalidad de Maipú lleva adelante un ambicioso proyecto de restauración y puesta en valor patrimonial, a través de la dirección de Patrimonio, que encabeza el arquitecto Fabián Villa. A cargo de la restauración y seguimiento de la obra trabaja Rubén Peruzzi.

La casa ha sido totalmente consolidada en sus muros, se reconstruyó  la fachada principal y se colocaron palos en las dos galerías que rodean la casa. Todo esto respetando los materiales, formas y técnicas originales.

La primera etapa, en curso, incluye también la reconstrucción de los jardines principales de la fachada.
Rúben Peruzzi asegura: “Mas que un proyecto es una realidad, con lo cual esta casa que se daba por perdida pasará a ser un eslabón importante del patrimonio histórico-cultural maipucino.”

Una vez inaugurado el lugar se determinará con referentes culturales del departamento, autoridades y vecinos el contenido que albergará sus habitaciones. 

Escenario de una película


Para devolver a la casona su apariencia original, como no es sencillo imaginarla, basan su reconstrucción en la película "Álamos Talados", donde aparecen imágenes de esa locación.

Esta película comenzó a filmarse en enero de 1959 y se basa en la obra literaria de Abelardo Arias Balloffet, llevada al cine con la dirección de Catrano Catrani, en los estudios cinematográficos "Andes" de la ciudad de Mendoza. Empresa cinematográfica que meses después de filmada la película quebró y los estudios fueron adquiridos por la empresa Coca Cola.

En esta película los interiores de la casa de las bóvedas aparecían en muy buen estado.